Obedience

I said, “Let me walk in the fields.”
He said, “No, walk in the town.”
I said, “There are no flowers there.”
He said, “No flowers, but a crown.”

I said, “But the skies are black;
There is nothing but noise and din.”
And He wept as He sent me back;
“There is more,” He said; “there is sin.”

I said, “But the air is thick,
And fogs are veiling the sun.”
He answered, “Yet souls are sick,
And souls in the dark undone.”

I said, “I shall miss the light,
And friends will miss me, they say.”
He answered, “choose to-night
If I am to miss you, or they.”

I pleaded for time to be given.
He said, “Is it hard to decide?
It will not seem hard in heaven
To have followed the steps of your Guide.”

I cast one look at the fields,
Then set my face to the town;
He said, “My child, do you yield?
Will you leave the flowers for the crown?”

Then into His hand went mine,
And into my heart came He;
And I walk in a light divine
That path I had feared to see.

– George MacDonald

La sequía espiritual

La sequía nos recuerda de nuestra necesidad de Dios y la lluvia de su bondad.

La semana pasada todos los venezolanos estábamos pendientes de la carencia de lluvia en nuestro país. Hemos experimentado una de las sequías más fuertes en los últimos años. ¡Se sentía en el aire, se notaba en el Ávila y cuánto no hablamos de la falta de lluvia!

Además de la sequía natural, hay una sequía espiritual. Se siente en el aire y se nota en las vidas destrozadas por el pecado. Sin embargo, esa sequía pasa desapercibida o se le atribuye a otras cosas como la política o a los tiempos en que vivimos.

Cuando la Biblia habla de sequía es para recordarnos de nuestra necesidad de Dios. Lamentablemente, no todos estamos sensibles a esta necesidad. Al andar por el centro bajo el sol penetrante sentimos sed y buscamos agua. Al andar por la vida rodeados por tanto pecado y corrupción tenemos hambre y sed de justicia mas no siempre buscamos la fuente de justicia quien es Dios.

Dios quiera que cada uno nos demos cuenta de nuestra necesidad de Él. Que no sigamos llenando nuestras vidas de cosas que más bien nos distraen y nos alejan de Él. Que podamos buscar servir y agradarle al Señor y nadie más para que cuando venga la lluvia, podamos reconocer que es la bondad de Dios, su infinito amor para nosotros.

Oh Dios, tú eres mi Dios;
yo te busco intensamente.

Mi alma tiene sed de ti;
todo mi ser te anhela,
cual tierra seca, extenuada y sedienta.

Te he visto en el santuario
y he contemplado tu poder y tu gloria.

Tu amor es mejor que la vida;
por eso mis labios te alabarán.

Te bendeciré mientras viva,
y alzando mis manos te invocaré.

Mi alma quedará satisfecha
como de un suculento banquete,
y con labios jubilosos
te alabará mi boca.

En mi lecho me acuerdo de ti;
pienso en ti toda la noche.

A la sombra de tus alas cantaré,
porque tú eres mi ayuda.

Mi alma se aferra a ti;
tu mano derecha me sostiene.

Salmo 63:1-8

El gran desafío

Estamos viviendo en momentos difíciles. Hay muchos que están abandonando la fe, dando su espalda a Dios. Ellos citan muchas razones por las cuales prefieren caminar solos por esta turbulenta vida. Entre tantas, dicen que Dios no contesta sus oraciones y que la iglesia está llena de hipocresía.

¿Qué esperaban cuando se bautizaron? ¿Quién les predicó? ¿Acaso no les dijeron que el camino es estrecho y a veces se hace largo y difícil?

A veces pareciera que Dios no contestara mis oraciones. A veces le pido y le pido y le pido y parece que no pasa nada. ¿Qué le estoy pidiendo? ¿Debería sorprenderme cuando Dios niega mi petición por algo que me va a alejar de Él? ¿Se me olvida que Dios siempre dice que sí cuando oro conforme a Su voluntad? ¿Por qué no le pido por lo que le agrada?

A veces pareciera que la iglesia está llena de hipocresía. A veces veo que dicen una cosa y después hacen otra cosa. ¿Dónde estoy yo metido? ¡Yo pensaba que formaba parte de una comunidad piadosa de los redimidos! ¡Si sólo entendiese la voluntad de Dios para la iglesia, que no es un club de santos sino un centro de rehabilitación de pecadores! Al verla así, ¡puedo entender porque Pablo saluda a los santificados en Corinto!

Hoy es el día de la Pascua, el día que celebramos a nivel mundial la resurrección de Jesús. Muchos viven como si Cristo no hubiese resucitado. A veces yo vivo como si Cristo no hubiese resucitado. Quizás yo haya dado pie para que la gente diga que hay hipocresía en la iglesia. Dejando el pasado atrás, hoy celebro la resurrección de Jesús y mi resurrección de la muerte. Hoy celebro que Su gracia me alcanzó, que a pesar de mi maldad, mi inconstancia, mi inmadurez, Cristo murió por mí.

Ahora le pido al Señor con fe y sé que me va a responder que Sí. Le pido que me santifique, que me mantenga siempre en Su camino. Le pido que siga lavando mis pecados y borrando toda mi maldad. Le pido que me perdone los pecados aún ocultos. Le pido que me moldee para yo llegar a ser todo lo que Él espera de mí.

A mi parecer, las personas que dan su espalda a Dios se rinden ante un gran desafío. El desafío no es discernir la voluntad de Dios en la oración ni comprender la piedad de los hermanos. El gran desafío es luchar todos los días. Dios nos provee un tremendo arma en la oración y un gran apoyo en la iglesia. Al negar el poder de la oración y al rechazar la comunión con los hermanos, nos ahorcamos con el nudo del orgullo. Nuestra desilusión con Dios y con la iglesia es realmente una ilusión óptica de Satanás.

Él que no escatimó ni a Su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas? En medio de tanta incredulidad y desilusión yo me aferro al Dios Altísimo. Llego con mi debilidad, mi flaqueza y me rindo ante el gran Alfarero.

Salvador, a ti me rindo y obedezco sólo a ti.
Mi guiador, mi fortaleza, todo encuentra mi alma en ti.

Te confiesa sus delitos mi contrito corazón.
¡Oye, oh Cristo, mi plegaría! Quiero en ti tener perdón.

A tus pies yo deposito mi riqueza, mi placer.
Que tu Espíritu me llene y de ti sienta el poder.

Yo me rindo a ti. Yo me rindo a ti.
Mis flaquezas y pecados todo traigo a ti.

God’s Patience Despite Our Failings

I know all about the despair of overcoming chronic temptations. It is not serious, provided self-offended petulance, annoyance at breaking records, impatience, etc. don’t get the upper hand. No amount of falls will really undo us if we keep on picking ourselves up each time. We shall of course be very muddy and tattered children by the time we reach home. But the bathrooms are all ready, the towels put out, and the clean clothes in the airing cupboard. The only fatal thing is to lose one’s temper and give it up. It is when we notice the dirt that God is most present in us: it is the very sign of His presence.

– C.S. Lewis

Nuestra identidad en Cristo

Muchos cristianos al caer en pecado dicen, “bueno, pero a pesar de ser ya hijo de Dios, sigo siendo pecador. Todos somos pecadores.” ¿Será verdad?

Ciertamente, antes de ser salvos por la gracia de Dios, éramos pecadores. ¿Pero seguimos siendo pecadores? Muchas veces cuando pecamos, el hecho que apelamos a nuestra naturaleza de pecadores es como una excusa para quitarnos un poco el sentido de la culpabilidad. Es cuando realmente entendemos la obra de Cristo en la cruz para nosotros, que nos damos cuenta que ya no somos pecadores. Ya somos hijos amados de Dios.

Pecamos, sí, cuando deliberadamente elegimos el pecado. Pero el pecado ya no reina en nosotros como antes. Ya no tiene dominio sobre nosotros. Cuando pecamos, vivimos como si fuéramos pecadores. Cuando pecamos estamos negando nuestra verdadera identidad en Cristo Jesús. ¡Ya somos una nueva criatura! El pecado ya no nos caracteriza. Al decir que somos pecadores, negamos la obra de Cristo en nosotros.

Obviamente no dejamos nuestra naturaleza de pecadores atrás por nuestro propio mérito, sino por el mérito de Cristo. Revisan aquí las citas bíblicas para entender nuestra identidad en Cristo. Y jamás digamos que somos pecadores. Aunque pecamos, ya no andamos en tinieblas controlados por el pecado. Ya somos hijos muy amados de Dios.

Soy hijo de Dios – Juan 1:12

Yo he sido justificado y estoy en paz con Dios – Romanos 5:1

Soy libre de condenación – Romanos 8:1

Estoy vivo junto con Jesús – Colosenses 2:13

Yo no puedo estar separado del amor de Dios – Romanos 8:38-39

Estoy sentado con Cristo en las regiones celestiales – Efesios 2:4, 6

El Espíritu de Dios vive en mí – Romanos 8:9

Jesús es mi vida – Colosenses 3:4

Estoy siendo transformado a la semejanza de Cristo – 2 Corintios 3:18

¡Que Dios les bendiga!

Let Me Live

May my cry come before you, Lord
Give me understanding according to your Word.
May my supplication come before you, Lord
Deliver according, according to your promise
And let me live.

May my lips overflow with praise
For You teach me, teach me your decrees.
May my tongue sing of your word,
For all of your commands
Are righteous, my Lord
And let me live.

Let me live, let me live that I may praise You
And may your laws sustain me,
I have strayed like a lost sheep.
Let me live.

May your hand be ready to help me.
O Lord, your precepts I have chosen.
I long for your salvation.
Lord, your law is my delight.
Let me live to praise You.
Let me live.

Let me live, let me live that I may praise You
And may your laws sustain me,
I have strayed like a lost sheep.
Let me live, let me live that I may praise You
And may your laws sustain me,
I have strayed like a lost sheep.
Let me live.

Seek you servant
I have surely not forgotten your command
O God, I know I love you
Seek you servant
I have surely not forgotten your command
O God, I know I love you, Lord

Let me live, let me live that I may praise You
And may your law sustain me,
I have strayed like a lost sheep.
Let me live.

Words and music: Veronique Dijkstra
Arr: Listen Up!
Based on Psalm 119:169-176

Listen to the hymn here.

A Safe Place for Others

When we are free from the need to judge or condemn, we can become safe places for people to meet in vulnerability and take down the walls that separate them. Being deeply rooted in the love of God, we cannot help but invite people to love one another. When people realise that we have no hidden agendas or unspoken intentions, that we are not trying to gain any profit for ourselves, and that our only desire is for peace and reconciliation, they may find the inner freedom and courage to leave their guns at the door and enter into conversation with their enemies.

Many times this happens even without our planning. Our ministry of reconciliation most often takes place when we ourselves are least aware of it. Our simple, nonjudgmental presence does it.

— Henri Nouwen

Todo cambia

Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Cambia el más fino brillante
De mano en mano su brillo
Cambia el nido el pajarillo
Cambia el sentir un amante

Cambia el rumbo el caminante
Aunque esto le cause daño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Cambia, todo cambia
Cambia, todo cambia

Cambia el sol en su carrera
Cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste
De verde en la primavera

Cambia el pelaje la fiera
Cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

Pero no cambia mi amor
Por mas lejos que me encuentre
Ni el recuerdo ni el dolor
De mi tierra y de mi gente

Y lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
En esta tierra lejana.

– Julio Numhauser, chileno.

True Christianity

How comes it that saints are still looked upon as a class apart instead of being normal examples of membership of the church? The answer to that question is to be found in the cost of sainthood. It cannot be too often or too clearly proclaimed that Christianity is something for which a big price has to be paid. When all around us the air is full of vague rumors of a new-found faith which is free of effort and tolerant of everything save toil and pain, it is time to speak out boldly and to say that true Christianity is the most costly possession in the world, that it still knows but one road, which leads over Calvary, and still has but one symbol, which is a cross. If a saint is one who approximates to the life of Christ, it is self-evident that he is one who suffers in the endeavor to come to God. There were many ways in which our Lord could have saved the world, but he was limited in his choice, for God can but choose “the best,” and the way he chose was the way of suffering, of hard discipline, and severe tests. The man and the woman who are not prepared to pay this price cannot attain the profession of sainthood to which they are called.

– R. Somerset Ward

El verdadero cristianismo

¿Cómo es que los santos se ven como clase aparte en vez de un ejemplo normal para los miembros de la iglesia? La respuesta a ésta pregunta se encuentra en el costo de la santidad. No se puede proclamar con demasiada claridad y frecuencia que el cristianismo es algo por lo cual hay que pagar un alto costo. Cuando soplan vientos de rumores que dicen haber hallada una nueva fe, libre de esfuerzo y tolerante de todo menos labor y dolor, es hora de denunciarla y decir que el verdadero cristianismo es la posesión más costosa en el mundo y que conoce un solo camino, el que pasa por el Calvario y aún tiene su único símbolo que es la cruz. Si un santo es alguien que se aproxima a la vida de Cristo, es evidente que es alguien que sufre por el hecho de llegar a Dios. Habían muchas maneras que Dios pudo haber salvado al mundo, pero fue limitado en su decisión, porque Dios sólo puede escoger “lo mejor,” y el camino que Él escogió fue el camino de sufrimiento, de la dura disciplina y severas pruebas. El hombre y la mujer quienes no están preparados para pagar el precio no pueden alcanzar la profesión de la santidad a la cual han sido llamados.

– R. Somerset Ward