Yo también fui cautivado por la alegría
Yo conocí a Peter, Susan, Lucy y Edmund antes de conocer a su creador, C.S. Lewis. Supongo que así pasará también a mucha gente que descubre Las crónicas de Narnia antes de descubrir al gran escritor, intelectual y apologeta cristiano.
Cuando yo era chico, con la familia fuimos de vacaciones una sola vez. No era fácil reunir suficiente dinero para tomar unas vacaciones prolongadas. Esto, sin embargo, no nos detenía de hacer repetidos viajes a las grandes librerías de la ciudad donde nací que me permitían soñar con lugares diferentes y mundos lejanos.
La librería Tattered Cover en Denver fue una especie de armario que te trasladaba a otro mundo. A veces no nos alcanzaba para comprar un libro cada uno. Por eso, sincronizábamos los relojes y acordábamos una hora para volver a encontrarnos en la planta baja. Mis padres me regalaban dos, tres o hasta cuatro horas para explorar la librería de cuatro pisos. Yo paseaba entre los estantes de libros de historia, literatura, poesía, mapas antiguos, libros de arte hasta llegar a mi sección preferida: “religión”.
Ahí estaban los libros que me encantaban. Algunos de ellos ya estaban en la biblioteca de mi padre. Sin embargo, ahí, en esas búsquedas para satisfacer mi curiosidad, nació mi deseo de una biblioteca propia. (Hasta ese momento, en mi pieza sólo se encontraban libros “prestados” de la biblioteca de mi padre.) Entre los primeros libros que adquirí para mi biblioteca fueron libros de C.S. Lewis.

En los escritos de Lewis encontré verdad y belleza, dos virtudes que no dejan de atraerme. Vi cómo la imaginación y la búsqueda de la verdad pueden ser motor del corazón del cristiano. Entendí que la mente y el desarrollo de los dones intelectuales no tendrían por que ser un obstáculo a la fe sencilla y genuina. En Lewis, encontré un compañero de camino, un compañero de diálogo, un amigo.
Su obra es vasta y diversa. Su obra me ayudó cuando dudaba de la veracidad de la fe cristiana. Su obra me acompañó cuando murió mi sobrino. Su obra todavía me exhorta a abrazar el verdadero gozo que sólo se halla en y con Dios. Su obra me estimula a pensar y a imaginar nuevas formas de andar con Dios en este mundo.
Espero que C.S. Lewis te acompañe en tu andar con Jesús para que también seas cautivado por la alegría.