¿Qué te puede dar el mundo sin Jesús? Vivir sin Jesús es un duro infierno y estar con Jesús es un dulce paraíso. Si Jesús está en ti ningún enemigo te podrá dañar.
El que halla a Jesús encuentra un rico tesoro, el más precioso de todos, y el que pierde a Jesús pierde algo más excelente que todo el mundo. Muy pobre es el que vivir sin Jesús y riquísimo el que está con él.
Saber conversar con Jesús es un arte grande y saber poseerlo una gran sabiduría. Sé humilde y pacífico y Jesús estará contigo; sé devoto y tranquilo y Jesús permanecerá contigo.
Si te inclinas hacia las cosas exteriores [materiales], puedes alejar pronto de ti a Jesús, y si le destierras de ti y lo pierdes, ¿a quién irías? ¿A quién buscarás como amigo?
Sin amigo, no se puede vivir contento, y si Jesús no es tu amigo predilecto, estarás muy triste y desconsolado. Neciamente obras, pues, si confías y te alegras en cualquier cosa. Es preferible tener todo el mundo contrario que ofender a Jesús. Por lo tanto, entre todos los que aprecias, sea Jesús el que amas en modo especial.
Ama a todos por amor de Jesús, y a Jesús por sí mismo. Solamente a Jesús se le ha de amar en modo particular, porque es el único bueno y fiel entre todos los amigos.
Por él y en él debes amar a los amigos y a los enemigos, y rogar por todos para que todos lo conozcan y lo amen.
Nunca codicies ser particularmente alabado y ensalzado, porque eso sólo le pertenece a Dios, que no tiene semejante. Tampoco quieras ocupar el corazón de alguien o que alguno ocupe el tuyo. Que únicamente Jesús esté en ti y en todo hombre bueno.
Tomás de Kempis en La imitación de Cristo