Hoy en los Estados Unidos mi familia se va a reunir para comer y dar gracias a Dios. Hoy es el Día de acción de gracias en mi país natal. Es un día para celebrar en familia las bendiciones de Dios y darle gracias. Para muchos, este día es quizás más importante para la familia que el 31 de diciembre.
Este año no me puedo reunir con mi familia en Estados Unidos. De hecho, hace cuatro años que no he tenido la bendición de dar gracias a Dios desde la misma mesa con mi familia. Sin embargo, quería aprovechar este momento de reflexión para darles gracias a ustedes, mi familia en Sudamérica.
No es un secreto para nadie que no puedo visitar a mi familia con frecuencia. A pesar del saudade que me viene de vez en cuando, Dios es fiel en su promesa y me ha dado una nueva familia (Marcos 10:28-30). Quiero aprovechar este día de acción de gracias para agradecerle a Dios por su bondad y su fidelidad, por nunca dejarme solo y por siempre proveer por mis necesidades.
También quiero darles gracias a ustedes, mi nueva familia en Cristo Jesús. Aunque esté lejos de mi familia de sangre, yo sé que puedo contar con ustedes. No sólo eso, he aprendido mucho de ustedes, de su cultura y más importante de su amor para con Dios.
Que Dios los bendiga ricamente. ¡Los quiero mucho! Los dejo con uno de mis salmos favoritos.
Salmo de acción de gracias.
Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra;
Adoren al Señor con regocijo.
Preséntense ante Él con cánticos de júbilo.
Reconozcan que el Señor es Dios;
Él nos hizo, y somos suyos.
Somos su pueblo, ovejas de su prado.
Entren por sus puertas con acción de gracias;
Vengan a sus atrios con himnos de alabanza;
Denle gracias, alaben su nombre.
Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno;
Su fidelidad permanece para siempre.
Salmo 100 (NVI)